Marketing local (I): claridad de la oferta
Iniciamos una serie de artículos sobre marketing local. En efecto, este blog le habla a menudo de las tarjetas de fidelización y de la fidelización en general: ¡es nuestra especialidad! Sin embargo, dado el éxito de nuestros clientes y la observación de nuestros prospectos o simplemente nuestra propia experiencia como cliente, pensamos que sería útil recordarle algunos fundamentos que a menudo se olvidan en el marketing local.
Algunas de ellas le parecerán obvias y, sin embargo, ¡también podrían preocuparle! A menudo, por costumbre, ya no vemos las cosas como son, hace falta un esfuerzo por nuestra parte para cuestionarnos y esto nunca es fácil.
En esta primera entrada vamos a hablar de un elemento básico del marketing: la oferta.
Puede parecerle obvio, pero la oferta que hace debe ser clara. Alguna vez has pasado por delante de una tienda y te has preguntado: ¿qué es lo que venden en realidad?
Demasiadas ofertas... ¡mata el comercio!
Un escollo es vender demasiadas cosas y sin relación entre sí. El cliente puede empezar a dudar de la calidad del bien o servicio que ofreces: "¿Cómo puede ofrecer tantas cosas y hacerlo todo bien?".
Mira la imagen de abajo, ¿cómo crees que este restaurante de comida rápida es capaz de hacer :
- bocadillos
- panecillos
- sushi
- ensaladas
- pasta
- hamburguesas
...y que todo sea bueno y fresco?
Probablemente, el dueño de este restaurante pensó que ofreciendo un menú amplio, ¡podría satisfacer a todo el mundo! ...
Haga clic a continuación para ver el resultado...
¿Sospechabas el resultado? Desgraciadamente, ¡a nadie le gustó!
Una oferta clara y legible
Como suele ocurrir, la solución es una oferta clara. Debe ser clara para usted y el concepto de su negocio debe poder enunciarse en una frase.
Otro punto es la presentación. Su oferta debe ser legible para el cliente y la claridad de su oferta debe reflejarse en la claridad de su presentación. Nada de sistemas de precios enrevesados ni presentaciones desordenadas. Todo debe estar organizado y ser fácil de leer. El cliente no tiene tiempo que perder para entender su oferta. El siguiente ejemplo es bastante claro...
Por un lado este cartel no es atractivo, por otro (y sobre todo), es incomprensible y tienes que quedarte unos buenos 3 minutos para entender lo que este lavacoches mete en sus paquetes.
Si el cliente no lo entiende inmediatamente, disminuirá significativamente su tasa de adquisición.
Para concluir, recordemos estos dos fundamentos: una oferta clara y bien presentada. Sobre esta base se puede construir el marketing y la comunicación, pero volveremos sobre ello en futuros artículos.
Para que se ponga en contacto con usted un asesor de fidelización